El
marketing en las redes sociales ha cambiado para las empresas,
ya no funciona la interacción comercial, tan seria y previsible como
distante. Lo que reclama el usuario es un trato humano y cercano,
como el que tendría con los vecinos de su escalera o con las
dependientas del supermercado del barrio. El postureo profesional ha
muerto, viva la cercanía y el diálogo cercano.
Las
constantes interacciones comerciales en Facebook y Twitter han
saturado al público en estas redes sociales. Tanto, como para
convertir en menos efectivos los posts y los mensajes. Y es que hay
ya no menos de 50 millones de negocios en todo el mundo haciendo
exactamente lo mismo.
Es
paradójico que en la actualidad haya muchos más seguidores,
muchísimos más que hace sólo seis años, pero que los niveles de
los retornos esperados en las campañas de marketing en las redes
sociales sean bajísimos.
La
tendencia ahora en las redes sociales es otra, los usuarios ya no se
arremolinan alrededor de los líderes de pensamiento de cada materia,
el público no busca tanto saber más, conocer cómo se hacen las
cosas, sino encontrar resultados conseguir algo.
Cada
vez más, Twitter se está convirtiendo en un lugar en el que los
usuarios pueden reclamar por el mal funcionamiento de un producto o
servicio o para quejarse de una empresa. Y ser atendidos
personalmente. Simplemente porque es más cómodo, porque los
servicios de atención al cliente no se preocupan por los usuarios.
La
gente ya no está por dejarse impresionar por los mensajes formales y
corporativos de las empresas, quieren sentir que quienes están al
otro lado son personas y que podrán interactuar con ellas como
tales. Las estrategias de marketing en las redes sociales en
clave profesional ya no son de este tiempo. Un buen ejemplo es el uso que se hace en tiempo real de las redes sociales por ejemplo para publicitar o anunciar un congreso de marketing, un evento corporativo, un meeting...
Si
tiene una empresa y quiere construir un espacio comercial propio en
Internet, aprenda de sus vecinos, ellos tienen la clave.
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