miércoles, 17 de junio de 2015

Cemento de musgo, verde que te quiero verde

Hasta ahora, se consideraba que el musgo que crecía sobre el cemento no sólo era una incomodidad, un problema que podía amenazar la solidez estructural de un edificio a largo plazo, sino también considerarse como un síntoma de abandono de la edificación. Aunque no todo el mundo lo ve así, los pintores y los fotógrafos han visto a ese musgo verde del cemento como un toque de poesía visual muy tentador para recogerlo en sus obras.
 


Y es así como también lo han visto los técnicos del Grupo de Tecnología de Estructuras de la Universidad Politécnica de Cataluña que están sobre el desarrollo de un tipo de argamasa que sea amable con estos vegetales para llegar a convertirse en una variedad nueva de producto industrial que ayude a cambiar las técnicas constructivas, buscan crear un cemento de musgo.

As en la manga

El as que guardan en la manga estos emprendedores españoles es una propiedad poco conocida del musgo, ser un aislante natural. El objetivo básico de la acción de creación del cemento de musgo consiste en proporcionar una denominada 'masa madre' que ayude a formar el tapiz verde. El secreto está en fabricar cementos de composición ácida para que los musgos vivan a sus anchas. El mejor cemento de musgo parece ser el que está constituido con fosfato de magnesio, aunque también parece rendir bien el cemento carbonatado.

Pero no queda ahí la cosa de estos emprendedores españoles, al cemento de musgo hay que darle una porosidad tal que haga fácil la instalación de las cepas de musgos.

Para ello se ha pensado en un diseño de cuatro capas, una de tipo estructural, otra para impermeabilizar, una tercera biológica para que haya crecimiento vegetal en su interior y otra cavidad para recoger agua sin riesgo a que se filtre o se evapore. Ese será uno de los soportes vitales del cemento de musgo. Verde que te quiero verde.


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